the dark side of my moon

Miércoles, 08 de Junio de 2005

Contando una historia…

…en una carta a mi abuelo.

Hace mucho tiempo, allá por agosto 8 de 1918, nace en Pachuca Hidalgo, Domingo García Trejo, quien años después fuera la persona que me enseño a caminar, aquel que me consintió como si hubiera sido su único nieto, al único al que dejo que le jalara los bigotes y que usara su sombrero.
El fue padre de 16 hijos, de los cuales aun viven 15, desde enrique hasta Carmela, ellos que son mis tíos formaron gran parte de la vida de mi abuelo a quien acabamos de despedir hace algunos días, para que por fin emprendiera su viaje guiado por la luz de la luna hacia una nueva vida, una vida que no tendrá fin, y donde estoy seguro de que el estará feliz de encontrarse con aquellos a quienes tanto amaba y que ya no están entre nosotros. Nos estará reservando un lugar entre las estrellas para que algún día lo acompañemos… para nunca más volver a separarnos.
Abue mingo, ya no podré abrazarte como lo hacíamos cada año en nuestro día de cumpleaños, este año me hará falta tu abrazo para desearnos muchos mas de vida y salud, este año festejare solito, cuando me hubiera gustado seguir festejando mas años el mismo día que tu.
Pero eso seria envidia de mi parte, ahora tu festejaras junto a quienes ya no festejaban contigo, ahora les tocara a ellos abrazarte con fuerza y darte los besos que tanto extrañabas, a mi me tocara obsequiarte mis oraciones y abrazarte con el corazón, que yo de ti solo pido que nunca te olvides de nosotros y me regales tu bendición.
Cuanto me hubiera gustado que conocieras a mis hijos, que los cargaras en tus hombros como alguna vez lo hiciste conmigo, que te hicieran reír, que los vieras hacer pucheros, me hubiera gustado que acompañases a mi mujer al altar, o simplemente recibir de tus manos la lluvia de arroz después de la boda, me hubiera dado mucho gusto entregarte mi titulo de profesional en las manos, mi placa de agradecimiento por ser mi ejemplo, por ayudarme a ser una buena persona, alguien de bien, por impulsarme a trabajar duro en la vida, por hacerme fuerte y no doblarme ante la tempestad. Por hacerme ver que un bigote es más elegante que la barba descuidada y que el andar todo greñudo no combina con el traje.
Haz de saber que me resistí mucho a dejarte ir, pues no quería que llegara la despedida. Sabrás que llore como nunca lo he hecho y que mi sufrimiento fue tan grande que perdí la noción del tiempo, que no me consolaba el abrazo de mis padres o familiares, que me odie por haber sido tan cobarde por no decirte simplemente que te amaba, que tal vez no te demostré completamente todo lo que sentía por ti cuando pude haberlo hecho cuando tu podías escucharme y decirme algo de frente.
Cobardemente me decidí a escribirte una pequeña carta, unas líneas que llene de sentimientos, y que desafortunadamente se mancharon con mis lagrimas y el sudor de mis manos, afortunadamente pude entregártela en tus manos y tocarlas por ultima vez el día de tu velorio, tu piel suave recibió mi carta y ahí la llevaras hasta que vuelvas a ser polvo de estrellas, pues es el destino de todos.
Recordé que te gustaba mucho leer y mas tu periódico y las noticias de ultima hora, ese día yo fui tu escritor, relatándote buenas noticias, la de primera plana fue que te ame con todo el corazón, en la columna van los besos que te mande, el desplegado con dedicatoria fue “tu consentido y tu el mió por siempre”. El aviso de ocasión fue una pequeña despedida pues algún día nos volveremos a encontrar, seguida de buenos deseos estés en donde estés. Los demás artículos son menos detallados ya que el peso de la pluma hizo que el editor resumiera mucha información, el temblor de su mano y la falta de papel para plasmarlo me obligaron a describir lo mas que se pudiera en unas pocas líneas, aun así, espero que te agrade ese pequeño detalle para que puedas sentarte a leer como solías hacerlo cada que se te presentaba la ocasión.
Algo mas que también extrañare es que nos chifles apurándonos para ir a comer cuando mi padre y yo estemos cerca de la colonia donde esta tu casa. Y que ya no me tendré que esconder de ti para fumar un cigarrillo, pues nunca me gusto la idea de que me vieras hacerlo, ahora sabes que siempre me Salí a la calle para hacerlo.
Un capricho que no pude cumplir fue el poder regalarte un acordeón y aprender juntos a tocarlo, ese tango que quería componer contigo ya no existirá, ya no podremos cantarlo.
En fin…
Ahora tu podrás saber todas las cosas que siempre quise que hiciéramos, ya no tendrá caso escribirlas pues podrás revisarlas en mi mente y tal vez ahí los imposibles podremos hacerlos realidad, podrás viajar en los recuerdos que aun conservo y que llevare por siempre atados a mi, ahora tal vez puedas ver en el tiempo cuando me llevabas a caminar maratónicas distancias cuando apenas era un niño, ¿recordaras esos paseos al parque o a chapultepec? ¿Los paseos al centro y de ahí a la casa? ¿O las piñatas que me ayudaste a romper? ¿Los dulces que me obsequiabas o mis travesuras? ¿Te acuerdas de mi novia que te presumí de pequeño, aquella que me gustaba de la barbilla para abajo por que le olía feo la boca? ¿O de mi ropa y manos sucias cuando acompañaba a mi padre a trabajar? ¿De cuando regañabas a mis tíos por espantarme con su música de monstruos que cantaba Michael jackson? ¿Recuerdas como hacia pipi dormido en tus sillones? ¡Si!, se que te acordaras, me alegra que ahora el tiempo ya no podrá deteriorar tu imagen, ya dejaste tu cuerpo pues la carne es solo un traje débil que se deteriora fácilmente, pero el alma vive por siempre, su paso por este mundo es solo para hacerla cada vez mas fuerte con el tiempo, ahora podrás ir en el corazón de todos los que te extrañamos hasta el día en que nos volvamos a encontrar, hasta entonces espérame paciente abue, que me gustaría que me volvieses a enseñar a caminar pero ahora entre las nubes, que me tomes nuevamente de la mano y caminemos el futuro que si bien es un tanto incierto estoy seguro que lo haremos juntos.

Abuelito, ahora que escribo esto me siento como niño otra vez, y me alegro tanto a la vez que me invade la nostalgia de la memoria, pero recuerdo haberte prometido no llorarte mas, para que mis lagrimas no me roben mis recuerdos, para no lastimar mi alma aferrado a no aceptar algo que todos tenemos seguro, el futuro de morir y dejar este mundo, de terminar con la vida que no es mas que aportar, aprender, sufrir, regocijarse, dejar descendencia y finalmente morir. Creo haberlo aceptado y estoy dispuesto a vivir plenamente como tú me lo enseñaste.

Hasta luego Don Domingo García.
Le recordare con mucho amor y cariño por siempre.
Su nieto:
José Luís García Mtz.

Aprovecho para mandarle un saludo en donde quiera que se encuentre a Itzel Hernández, quien falleciera el pasado sábado 4 de Junio de 2005 a manos de un psicópata que en algún tiempo fuera su novio, me uno a la pena que embarga a la familia de mi amigo Ulises (el choss) por la perdida de Itzel, un beso amiga!!. From here to eternity.